Cada niño merece atención médica de calidad. Esto es particularmente cierto para los niños con discapacidades y condiciones médicas.
Nuestro cliente tenía una condición médica que requería que respirara a través de una traqueotomía: un tubo en la garganta. Mientras su madre limpiaba el tubo, un trozo de bastoncillo de algodón se atascó en el tubo. El personal del SEM acudió pero no pudo recuperarlo. El niño nunca estuvo angustiado y aún podía respirar. Pero los paramédicos decidieron transportarlo a un hospital para que un neumólogo pediátrico pudiera recuperar el hisopo.
Mientras estaba en el hospital, un neumólogo pediátrico atendió al niño. El niño se sometió a una broncoscopia que se realizó incorrectamente y el personal del hospital no reconoció que desarrolló un neumotórax, lo que provocó su muerte.
John Elliott Leighton obtuvo un acuerdo confidencial en nombre de los padres cuyo hijo discapacitado murió por un error médico en una sala de emergencia. El Sr. Leighton obtuvo un acuerdo con el médico y el hospital por $1.050.000 antes del juicio.
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