Cuando alguien ingresa a una sala de emergencias, lo hace porque su condición es lo suficientemente grave como para recibir atención de emergencia inmediata. Nadie merece ser descuidado cuando acude a una sala de urgencias. Pero eso es exactamente lo que le pasó a nuestro cliente, que murió cuando fue ignorado.
Un hombre de 68 años murió en el condado de Brevard cuando el hospital y el médico especialista en traumatología descuidaron su traumatismo abdominal contuso. Murió desangrado después de recibir tratamiento demasiado tarde para salvarle la vida. Estuvo en la sala de emergencias durante más de 45 minutos hasta que entró en shock y finalmente fue tratado. Lo dejaron sentado y sangrando internamente hasta que fue demasiado tarde. John Elliott Leighton representó a la esposa sobreviviente del hombre y obtuvo un acuerdo confidencial con el hospital por no evaluar y tratar rápidamente a este hombre.
La lección del caso es que los pacientes no pueden confiar en que el personal del hospital los evalúe adecuadamente; tienen que ser vocales e idealmente tener un defensor del paciente (familiar o amigo) con ellos para insistir en ser atendidos de inmediato. Esto no excusa de ninguna manera la absoluta negligencia del hospital de aquí, que simplemente ignoró al hombre hasta que fue demasiado tarde.
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